Las mejores cosas que hacer en Chulilla, España
Chulilla es un municipio valenciano rodeado de un paisaje natural de increíble belleza. Rocas, piscinas naturales, el cañón del Turia y frondosos bosques hacen del municipio un imprescindible.
Pero hay muchos más motivos para visitarlo: el Castillo de Chulilla declarado monumento Histórico Artístico en el año 1981, está situado en lo alto del monte que corona el pueblo y también encontrarás pinturas rupestres en el barranco de Falfiguera que representan figuras humanas, grupos de animales, animales aislados e incluso motivos indescifrables.
La riqueza de su patrimonio natural, convierte a Chulilla en un marco ideal para la práctica del senderismo, itinerarios que discurren por las zonas más bellas de la comarca, y durante su recorrido se suceden una gran diversidad de paisajes fluviales, así como abruptas zonas montañosas y frondosas campiñas.
¿Qué puedes visitar en Chulilla?
Puentes Colgantes
Los Puentes Colgantes es la ruta más aventurera y bonita de todo Chulilla. Traspasando el Cañón del Turia junto a paredes que superan los 80 metros de altura llegamos hasta dos puentes de 5 y 15 metros sobre el nivel del río desde donde tenemos una vista increíble de las Hoces del Turia.
Charco Azul
Ofrece la posibilidad de llegar hasta un idílico lago de color turquesa traspasando el río Turia donde es posible el baño en verano. Además, es posible adentrarse al interior del lago mediante una pasarela volada donde nos sentiremos en medio de un sueño.
Casco histórico de Chulilla
Chulilla es uno de los pueblos con mayor encanto y más bonitos de toda la provincia de Valencia. Sus calles blancas, su castillo de época romana y su entorno con vistas al Cañón del Turia hacen de este lugar una visita imprescindible.
Castillo de Chulilla
En su interior te encontrarás con cuatro aljibes. En diversos lugares se ven unos grabados similares a los del Castillo de Denia. Fue usado como cárcel para eclesiásticos por orden de San Juan de Ribera.
Iglesia de la Virgen de los Ángeles
Se construyó sobre la mezquita, en los siglos XV y XVI. Consta de una nave con otra adosada al presbiterio. Entre sus obras destacan una talla de madera policromada de una Virgen con Niño (siglo XVI) y un lienzo de la Virgen del Castillo con Niño (siglo XVII).
Ermita de Santa Bárbara
Edificio primitivamente gótico construido en 1364, renovado en 1730. Consta de una sola nave con pilastras, arcos de medio punto y ojivales. La bóveda es de crucería.
Chulilla también es conocido por sus fiestas
Muchos viajeros prefieren visitar este lugar cuando celebran alguna festividad por lo que significa para los residentes y la diversión y variedad de momentos que ofrece. Estas son las tres más importantes y concurridas por turistas:
Fiesta de la Enramá
Se celebran los típicos “Mayos”. Es la fiesta más antigua que se recuerda y que ha ido pasando generación tras generación. Estas fiestas hacen que, el primer fin de semana de mayo, Chulilla sea un destino que nuevamente vale la pena visitar.
Fiestas Patronales
En honor de Santa Bárbara, con traslado de la virgen en Romería desde la Ermita. (Segunda semana de agosto).
Fiestas del Santísimo Cristo
También conocidas como “Las Cruces”. Es una de las fiestas más populares de Chulilla que celebran en septiembre. De estas fiestas destaca su originalidad y la participación de los vecinos de la localidad, que, luego de un año de ideas, ilusión y esfuerzo, plantan en sus barrios las originales “Cruces”. Las cruces son todas diferentes y están hechas de cualquier tipo de material que se pueda imaginar.
Una gastronomía que abre el apetito
Comer también te dará una gran experiencia en tu viaje por Chulilla, los platos típicos de la localidad son: la olla de berzas (alubias, acelgas y patata, con el toque especial de la hierbabuena), la olla de carne (alubias, patata, cardo, tocino, morcilla de pan, morcilla de cebolla, güeña, mediana y hueso), Rin-Ran (plato que deriva de la olla de berzas con patatas, acelgas, alubias, bacalao, huevo duro, y un buen chorro de aceite de oliva), Ajo arriero ( patata, bacalao y aceite) y por último las populares “cocotes” (empanadillas de chorizo).
En los postres resaltan los “reguiños” mantecados, tortas de almendra y “congretes”. Y hay que destacar que todo lo acompañan con buenos vinos.